La candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo, quien encabeza la coalición «Sigamos Haciendo Historia», ha denunciado públicamente la filtración de su número de teléfono, enfrentando una oleada de mensajes de odio y llamadas sin parar durante el día de hoy. A través de sus redes sociales, Sheinbaum expresó su repudio a estos ataques, calificándolos de burdos e inofensivos, declarando y haciendo hincapié en que los números que deberían preocuparles son los de las encuestas, desafiando la estrategia de la guerra sucia.
En una publicación compartida por el medio X, la candidata presidencial mostró capturas de pantalla de los mensajes recibidos, destacando que estas frases forman parte de la guerra sucia que ha sido lanzada en su contra, vinculando a la 4T (Cuarta Transformación) con el crimen organizado. El equipo de comunicación de Sheinbaum aclaró que estos señalamientos ya han sido desmentidos.
La situación se agrava al recordar la reciente filtración del número de teléfono del hijo mayor del presidente Andrés Manuel López Obrador, José Ramón López Beltrán. El mandatario, en su gira por Sinaloa, calificó como «muy vergonzoso» este acto de filtración en redes sociales y arremetió contra la derecha y los conservadores.
«Así es la derecha, así son los conservadores, muy hipócritas, mucho muy hipócritas, esa es la doctrina del conservadurismo, realmente muy vergonzoso que actúen de esa manera», declaró López Obrador ante los medios locales. Este episodio se presenta como una aparente represalia después de que el presidente difundiera el número de teléfono de la corresponsal del New York Times, Natalie Kitroeff.
En una declaración anterior este sábado, José Ramón López Beltrán expresó su disgusto por la filtración de su número telefónico, considerándola una venganza tras la polémica generada por su padre. El hijo del presidente resaltó que no trabaja como periodista, ni en el sector público, solicitando respeto por la privacidad de su familia.
Este incidente refleja la creciente polarización y tensión en el escenario político mexicano, donde la ciberguerra y la exposición de datos personales se convierten en armas en la lucha por el poder. Mientras Sheinbaum enfrenta la adversidad con firmeza, los ataques cibernéticos plantean preguntas sobre la integridad del proceso electoral y la necesidad de salvaguardar la privacidad en el entorno digital.