En un giro inesperado de los acontecimientos, Joaquín Guzmán López, conocido como ‘El Güero’ y uno de los hijos del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, se presentó este martes ante una corte estadounidense. En su primer audiencia en la Corte de Distrito Norte de Illinois en Chicago, Guzmán López se declaró no culpable de una serie de graves cargos relacionados con narcotráfico y lavado de dinero.
Durante la comparecencia, Guzmán López, de 36 años, negó todas las acusaciones en su contra, que incluyen conspiración para traficar cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana, participación en una empresa criminal, lavado de dinero y posesión de armas de fuego para facilitar el tráfico de drogas. Acompañado de su abogado Jeffrey Lichtman, conocido por defender a su padre, Guzmán López mantuvo la compostura mientras se le leían los cargos.
Uno de los aspectos más sorprendentes de este caso es la forma en que Guzmán López llegó a las manos de la justicia estadounidense. Según informes de varios medios, ‘El Güero’ se entregó voluntariamente como parte de un acuerdo con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) que firmó en México meses antes de su detención. Este acuerdo buscaba beneficios procesales para Guzmán López, pero también implicaba la entrega de otro peso pesado del narcotráfico: Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
La historia de la entrega de Zambada añade un matiz dramático a esta saga. Según funcionarios estadounidenses, Guzmán López engañó a Zambada para que subiera a un avión en México bajo el pretexto de explorar propiedades inmobiliarias en el norte del país. Sin embargo, el vuelo terminó en Estados Unidos, donde Guzmán López se entregó, pero Zambada no tenía conocimiento previo del plan y fue llevado contra su voluntad. Zambada se ha declarado no culpable de los cargos de narcotráfico en un tribunal federal de El Paso y su abogado, Frank Pérez, ha negado vehementemente la versión de los hechos presentada por las autoridades estadounidenses.
La acusación contra Guzmán López no solo lo involucra a él, sino también a sus tres hermanos, conocidos colectivamente como ‘Los Chapitos’. Ovidio Guzmán López, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar han sido señalados como líderes de una facción del Cártel de Sinaloa tras la extradición de su padre a Estados Unidos en 2017. Los fiscales argumentan que los hermanos utilizaron la violencia para consolidar su control sobre las redes del cártel, enfrentándose incluso a antiguos aliados como ‘El Licenciado’.
La acusación describe a Joaquín Guzmán López como un coordinador logístico clave, responsable de la importación de grandes cantidades de drogas a Estados Unidos. Utilizando diversos medios de transporte, incluidos aviones privados, submarinos y lanchas semisumergibles, los hermanos Guzmán lograron llevar sus productos ilícitos a múltiples estados, incluyendo Illinois, California y Nueva York, y hasta Canadá. Además, manejaban extensas redes de lavado de dinero en territorio estadounidense, asegurando el flujo continuo de sus operaciones criminales.
La declaración de no culpabilidad de Guzmán López marca el comienzo de un proceso judicial que seguramente atraerá la atención mundial. Con su padre, ‘El Chapo’, cumpliendo cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad en Colorado, y sus hermanos también en la mira de las autoridades, el desenlace de este caso podría tener implicaciones significativas para el futuro del Cártel de Sinaloa.
Joaquín Guzmán López enfrenta un desafío monumental al declararse no culpable de los cargos que se le imputan. Mientras la justicia estadounidense se prepara para desentrañar esta compleja trama, el mundo observa con atención el destino de uno de los herederos del imperio de ‘El Chapo’ Guzmán.