El futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) podría estar en juego tras las controversiales declaraciones de Pierre Poilievre, líder de la oposición canadiense y posible próximo primer ministro de Canadá. Durante una conferencia de prensa, el político conservador aseguró estar dispuesto a negociar un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos que excluya a México, argumentando que su prioridad es preservar la relación económica entre Ottawa y Washington.
“Sólo me preocupa Canadá. Haré lo que sea necesario para proteger nuestra economía y nuestros intereses. Estados Unidos representa el 60% de nuestro comercio, más que el resto del mundo combinado”, sentenció Poilievre, quien actualmente lidera al Partido Conservador, que aventaja en 20 puntos al gobernante Partido Liberal de Justin Trudeau en las encuestas para las elecciones del próximo año.
Estas declaraciones se suman a un clima de tensión comercial en América del Norte, avivado por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien recientemente anunció su intención de imponer un arancel del 25% a productos de Canadá y México, argumentando preocupaciones sobre el flujo de drogas e inmigrantes.
La postura de Poilievre parece resonar con algunos líderes políticos en Canadá, como Doug Ford, jefe de gobierno de Ontario, quien la semana pasada expresó su apoyo a la idea de expulsar a México del T-MEC, señalando la creciente influencia de inversiones chinas en el país latinoamericano como una amenaza para la región.
Por su parte, el primer ministro Trudeau no descartó la posibilidad de renegociar los términos del tratado si fuera necesario. “Mi responsabilidad es y siempre será defender a los trabajadores canadienses, proteger nuestra economía y actuar en beneficio de los intereses de Canadá”, afirmó en respuesta a las declaraciones de sus adversarios políticos.
Analistas económicos han advertido sobre los riesgos de una posible exclusión de México del T-MEC. “Un movimiento de este tipo desestabilizaría las cadenas de suministro establecidas y podría generar costos significativos para las tres naciones”, señaló la economista Jane McAllister, destacando la importancia de mantener un bloque comercial fuerte en la región.
Desde México, las autoridades han guardado prudencia frente a las declaraciones de Poilievre, aunque han reiterado su compromiso con el T-MEC como una herramienta esencial para el desarrollo económico del país.
A medida que las elecciones en Canadá se acercan y la administración de Trump prepara su regreso, la estabilidad del acuerdo comercial trilateral parece pender de un hilo. El próximo año será decisivo para el futuro de la integración económica en América del Norte, en un escenario donde las tensiones políticas y económicas están lejos de amainar.