Dos integrantes de la Guardia Nacional de Estados Unidos resultaron heridos por disparos durante un tiroteo registrado este miércoles en una zona cercana a la Casa Blanca. El incidente ocurrió en la esquina de la calle 17 y la calle I, en el noroeste de Washington, a escasos metros de la residencia presidencial. Autoridades federales y locales confirmaron que ambos agentes fueron trasladados a hospitales distintos y se encuentran gravemente heridos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reaccionó desde su plataforma Truth Social, donde afirmó que el responsable del ataque “pagará un precio muy alto”. En su mensaje, señaló que “el animal que disparó a los dos guardias nacionales, ambos gravemente heridos y ahora en hospitales separados, también está gravemente herido, pero, a pesar de todo, pagará un precio muy alto”. Trump agregó una dedicatoria a las fuerzas armadas y de seguridad, calificándolas como “personas verdaderamente extraordinarias”. El mandatario se encuentra en su residencia de Mar-a-Lago, Florida, con motivo del puente de Acción de Gracias.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, informó que los agentes fueron baleados poco antes y pidió que la población se uniera en oraciones por su recuperación. Su mensaje fue difundido en la red social X, donde destacó la gravedad del suceso. Minutos después, la Policía Metropolitana de Washington anunció en redes sociales la detención de un sospechoso y confirmó que la zona quedó acordonada como parte del operativo de seguridad.
Testigos que se encontraban en el área relataron a medios locales, como la cadena Fox 5, que se escucharon dos disparos antes de que las personas cercanas comenzaran a correr. La presencia de vehículos de emergencia fue visible poco después del ataque. La Fuerza de Tarea Conjunta de Washington D. C. indicó que estaba respondiendo a un incidente en las inmediaciones de la Casa Blanca, aunque su portavoz no confirmó ni negó de inmediato si había miembros de la Guardia Nacional involucrados.
El hecho ocurre meses después de que la Guardia Nacional fuera desplegada en la capital estadounidense por orden de Trump, quien justificó la medida como una acción necesaria para combatir la criminalidad en la ciudad. En su momento, la alcaldesa Muriel Bowser expresó su desacuerdo al señalar que los homicidios habían disminuido gracias al trabajo de la policía local. Posteriormente, el presidente reconoció que el gobierno capitalino decidió cooperar con las fuerzas federales. Tras el tiroteo, un portavoz de la alcaldesa indicó que las autoridades locales monitorean activamente la situación.
Mientras el suceso era atendido en Washington, la Casa Blanca confirmó que el presidente fue informado oportunamente. La vocera Karoline Leavitt señaló que la administración se mantiene en seguimiento continuo del caso.