Un episodio desgarrador sacudió el suburbio de Rochester Hills en Detroit cuando Michael William Nash, de 42 años, abrió fuego en un parque municipal, hiriendo a nueve personas antes de suicidarse. Las autoridades aún intentan desentrañar los motivos detrás del ataque, mientras la comunidad lucha por encontrar respuestas y consuelo.
El portavoz de la policía del condado Oakland, Stephen Huber, identificó a Nash como el agresor del trágico suceso ocurrido el sábado por la tarde. A pesar de no tener antecedentes penales, Nash aparentemente enfrentaba serios problemas de salud mental, una situación que, según el jefe de policía del condado Oakland, Mike Bouchard, nadie había reportado previamente. «Tenemos entendido que estaba lidiando con ciertos problemas de salud mental, pero nadie, que sepamos, fue notificado», declaró Bouchard en una conferencia de prensa.
El tiroteo comenzó a las 5:00 de la tarde cuando Nash llegó al área recreativa acuática y abrió fuego, efectuando hasta 28 disparos y deteniéndose varias veces para recargar su arma. En medio del pánico, las personas intentaron escapar, pero muchas cayeron heridas. «La gente caía, era golpeada e intentaba correr. Cosas terribles que desafortunadamente todos nosotros en nuestra profesión de aplicación de la ley hemos visto demasiado», lamentó Bouchard.
Entre las víctimas se encuentran un niño de ocho años, que recibió un disparo en la cabeza, su hermano de cuatro años, herido en una pierna, y la madre de ambos, que sufrió lesiones en el abdomen y una pierna. El niño de ocho años y su madre se encuentran en estado crítico, mientras que el niño de cuatro años está estable. Las otras seis víctimas, todas mayores de 30 años, están en condición estable.
Tras el tiroteo, Nash huyó del parque, pero dejó una pistola atrás, lo que permitió a los investigadores rastrearlo hasta su hogar en el municipio de Shelby. Al llegar, los agentes encontraron un auto que coincidía con la descripción del vehículo del sospechoso. Rodearon la casa y, tras intentar en vano contactar a Nash, enviaron un dron al interior. Lamentablemente, Nash fue hallado muerto por una herida de bala autoinfligida. Junto a su cuerpo, la policía encontró una pistola y un fusil semiautomático sobre la mesa de la cocina, sugiriendo que podría haber planeado un segundo ataque.
La comunidad de Rochester Hills está devastada. Los vecinos de Nash describieron a un hombre solitario que vivía con su madre, quien se encontraba viajando en el momento del incidente. «Es un solitario. Allí las persianas siempre están cerradas», comentó Kyleen Duchene, una vecina, al periódico Detroit News.
Este trágico evento resalta una vez más la urgente necesidad de abordar los problemas de salud mental y la violencia con armas de fuego. La ciudad de Detroit y sus suburbios ahora enfrentan el dolor y la incertidumbre, buscando consuelo y respuestas tras una tragedia que ha dejado cicatrices profundas en la comunidad.
Mientras las autoridades continúan investigando, queda la pregunta de cómo prevenir futuros episodios de violencia. Este suceso subraya la importancia de detectar y tratar problemas de salud mental antes de que se conviertan en tragedias. Las comunidades, las fuerzas del orden y los sistemas de salud deben trabajar juntos para crear redes de apoyo que puedan identificar y ayudar a individuos en crisis.
En memoria de las víctimas y en solidaridad con sus familias, la comunidad de Detroit se une en un momento de dolor compartido, con la esperanza de que, de esta tragedia, surjan medidas que prevengan futuros actos de violencia y promuevan una mayor comprensión y apoyo para aquellos que luchan con problemas de salud mental.