La Asociación de Pastores Evangélicos de Tapachula ha tomado la drástica decisión de cerrar más de un centenar de templos en los municipios serranos de Chiapas debido al recrudecimiento de la violencia en la región.
El presidente de la asociación, Gamaliel Fierro Martínez, explicó que la creciente inseguridad ha hecho inviable la operación de las iglesias, ya que tanto líderes religiosos como fieles han huido de sus comunidades para evitar caer en manos del crimen organizado.
Los templos afectados se encuentran en localidades como Chicomuselo, Siltepec, El Porvenir, Bella Vista, Bejucal de Ocampo, Mazapa de Madero y Amatenango de la Frontera. Según Fierro Martínez, la situación ha sembrado el temor entre la población, obligando a muchas familias a buscar refugio en áreas montañosas para escapar de la presión de los grupos delictivos, quienes buscan reclutarlos bajo amenazas.
Además de la violencia entre bandas criminales, los residentes de la región también enfrentan escasez de alimentos, lo que agrava la crisis humanitaria en la zona. Ante esta situación, el líder religioso instó a las autoridades a tomar medidas urgentes para restaurar la paz y la seguridad en la región.
Un informe del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas reveló que más de 14,000 personas fueron desplazadas entre 2010 y 2021 debido a la violencia en Chiapas, especialmente en los municipios de la región de Los Altos.
La intensificación de la presencia del Cártel de Sinaloa en la zona para confrontar al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha exacerbado aún más la situación, como lo demuestran los videos virales en redes sociales que muestran convoyes de sicarios avanzando por las comunidades de la sierra de Chiapas. En estos videos se evidencia cómo los carteles reclutan a habitantes locales como informantes y hasta como combatientes, generando un clima de miedo y desconfianza en la población.
En Chicomuselo, uno de los municipios más afectados, los pobladores se han enfrentado al Ejército Mexicano para evitar que las tierras caigan bajo el control del narcotráfico, demostrando la profunda crisis de seguridad que atraviesa la región.