El caso Ayotzinapa, uno de los eventos más trágicos y controvertidos en la historia reciente de México, sigue sin tener una conclusión clara. A casi una década de la desaparición de los 43 normalistas en septiembre de 2014, el fiscal especial del caso, Rosendo Gómez Piedra, ha dejado en claro que no se puede esperar una «conclusión pronta». Esta declaración subraya la complejidad y la profundidad de la investigación que continúa en curso.
En una reciente reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador y los padres de los 43 normalistas en Palacio Nacional, Gómez Piedra reafirmó su compromiso con el caso. “No se detiene la investigación, seguimos buscando, hay como ocho o nueve equipos en el campo, seguimos declarando personas, seguimos las audiencias en tribunales, no se para”, afirmó. Esta declaración refuerza la dedicación continua del equipo de investigación, a pesar de los numerosos desafíos que enfrentan.
El fiscal especial también abordó los problemas internos que encontró al asumir el caso. “Porque había problemas, el fiscal renunció, la mayoría se fueron, no estaban de acuerdo con algunas cosas, entonces llegamos a trabajar no a hacer políticas”, explicó Gómez Piedra. Esta situación inicial de crisis en la Fiscalía no solo complicó el progreso de la investigación, sino que también subrayó la necesidad de un liderazgo fuerte y decidido.
A pesar de los retos, Gómez Piedra se mostró optimista sobre el futuro del caso. “Yo sí, claro que sí, completa y totalmente, en su momento voy a entregar mi informe”, aseguró. Esta promesa de transparencia y responsabilidad es crucial para los familiares de las víctimas, quienes han mantenido una lucha constante por la verdad y la justicia.
Durante la reunión con el Presidente, según Gómez Piedra, no hubo reclamos de los padres hacia el mandatario. Al ser cuestionado sobre si los padres estaban satisfechos con el progreso, el fiscal respondió que él, al menos, estaba satisfecho con el trabajo realizado. “Porque desde que nos pusieron ahí hemos trabajado y puesto el mayor esfuerzo, lo mismo que el ciudadano Presidente”, declaró. Esta percepción, sin embargo, puede contrastar con la frustración y el dolor que aún sienten los familiares de los desaparecidos.
Uno de los aspectos más delicados del caso es el estatus de los militares implicados. Gómez Piedra mencionó que, aunque algunos llevan su proceso en libertad, esto no implica una exoneración total. “Claro, el hecho que estén libres no es una libertad total y completa, es un cambio de medida cautelar, pueden llevar el proceso en libertad pero siguen procesados, están obligados a comparecer”, aclaró. Este seguimiento es esencial para asegurar que todos los implicados sean responsables ante la ley.
El caso Ayotzinapa no solo representa una herida abierta para los familiares de los 43 normalistas, sino también un recordatorio constante de las fallas sistémicas en la procuración de justicia en México. La afirmación de Gómez Piedra de que no habrá una conclusión pronta es un llamado a la paciencia y a la perseverancia en la búsqueda de la verdad.