En un veredicto histórico y sin precedentes, Donald Trump se convirtió en el primer ex presidente de Estados Unidos en ser condenado por un delito, al ser declarado culpable por un jurado de Nueva York de falsificar documentos para encubrir un pago destinado a silenciar a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels antes de las elecciones de 2016.
Después de dos días de deliberaciones, el jurado de 12 miembros, bajo la presidencia del juez Juan Merchan, anunció su decisión. «Hemos recibido una nota del jurado indicando que han llegado a una decisión», declaró Merchan antes de que se leyera el veredicto. El jurado encontró a Trump culpable de los 34 cargos que enfrentaba, una decisión que requería unanimidad.
Trump, de 77 años, ha negado consistentemente cualquier conducta indebida y se espera que apele el veredicto. Enfrenta una pena máxima de cuatro años de prisión, aunque es probable que la sentencia sea más leve, con posibilidades de multas o libertad condicional. Cabe destacar que una condena no le impediría hacer campaña o asumir el cargo si resultara electo en futuras elecciones.
A la salida del tribunal, Trump calificó el veredicto como una «desgracia» y mantuvo su inocencia. «El verdadero veredicto será dado el 5 de noviembre… Soy un hombre muy inocente», afirmó, refiriéndose a la fecha de las próximas elecciones presidenciales.
El juez Juan Merchan, de origen colombiano, ha programado la audiencia de sentencia para el 11 de julio. Este fallo coloca a Estados Unidos en un territorio político inexplorado, sin precedentes de un ex presidente condenado penalmente mientras sigue siendo candidato viable para la presidencia.
La condena de Trump ha generado un considerable impacto en la esfera política estadounidense. Las encuestas de opinión muestran una contienda reñida entre Trump y el actual presidente Joe Biden, de 81 años. Según una encuesta de Reuters/Ipsos, un veredicto de culpabilidad podría afectar negativamente el apoyo de Trump entre votantes independientes y republicanos.
Sin embargo, la Constitución de Estados Unidos permite que cualquier persona, incluido un criminal convicto, continúe su campaña presidencial. Este hecho subraya la singularidad del sistema político estadounidense y plantea preguntas sobre la viabilidad de la candidatura de Trump en medio de sus desafíos legales.
El equipo legal de Trump ha anunciado que iniciará inmediatamente los trámites de apelación ante un tribunal de apelaciones de Nueva York y, eventualmente, podría llevar el caso hasta la Suprema Corte de Justicia. Este proceso podría extenderse durante varios meses, manteniendo el caso en el centro de la atención pública y política.
El estatuto de limitaciones del estado establece una condena máxima de 20 años por los delitos de los que se acusa a Trump, aunque es improbable que se le impongan penas tan severas en cada uno de los 34 cargos.
Este fallo marca un nuevo precedente en la historia de Estados Unidos, estableciendo un escenario donde un ex presidente ha sido formalmente condenado por delitos cometidos durante su mandato. La reacción del público y del sistema político en los próximos meses será crucial para determinar el impacto de esta condena en la futura carrera política de Trump y en el proceso electoral de 2024.