Las familias migrantes con niños, frustradas por su incapacidad para programar citas de asilo a través de una aplicación del gobierno de Estados Unidos, están haciendo cada vez más intentos desesperados de cruzar la frontera desde México, afirman organizaciones civiles.
Durante la semana pasada, dos situaciones peligrosas en el estado noroccidental mexicano de Baja California han llamado particularmente la atención de autoridades y activistas.
Un informe del Instituto Nacional de Migración (INM) de México dijo que un grupo de cinco migrantes de Perú y Colombia, incluido un menor, fueron abandonados el 18 de julio por un “coyote” que los había estado guiando a través de La Rumorosa, un paso de montaña ventoso ubicado al este de Tijuana.
El informe dice que los migrantes llamaron al número de emergencia 911; después de una búsqueda de 15 horas, miembros del servicio de protección al migrante Grupo Beta de Tijuana encontraron al grupo deshidratado y físicamente agotado.
Cinco días después, agentes del INM identificaron a otro gran grupo de migrantes que intentaban cruzar a los Estados Unidos en un área ubicada a un kilómetro (0.6 millas) del cruce fronterizo de El Chaparral.
Durante el intento de detener al grupo, una niña de nueve años se separó de su madre y se unió a otro grupo que intentó huir de la escena.
Los agentes alertaron inmediatamente a las autoridades estadounidenses de la situación, y miembros de la Patrulla Fronteriza en San Diego, California, encontraron a la menor un día después y la reunieron con su familia, según el informe del INM, sin proporcionar más detalles.
La dinámica en la frontera ha cambiado después de la expiración el 11 de mayo del Título 42 de la era Covid de los Estados Unidos. Esa política había permitido la rápida expulsión de migrantes por razones de salud pública y fue duramente criticada por grupos de derechos humanos que dijeron que a las personas que huían de la violencia se les negaba la oportunidad de solicitar asilo.
Al mismo tiempo, alentó a algunas personas a cruzar la frontera ilegalmente porque no había sanciones penales por repetidos intentos de hacerlo.
Los migrantes ahora están sujetos una vez más a las reglas del Título 8 antes de la pandemia, que generalmente permiten que los migrantes que huyen de la violencia en sus países de origen busquen asilo.
Pero la administración del presidente Joe Biden ha tratado de disuadir a los migrantes de cruzar la frontera ilegalmente para presentar esas solicitudes.
Ha advertido sobre las graves consecuencias de la entrada ilegal y les ha dicho a los posibles solicitantes de asilo que utilicen otras vías, incluida la aplicación CBPOne (para aquellos ubicados en el centro y norte de México), para programar citas de asilo.
Los activistas de inmigración, sin embargo, dicen que algunos solicitantes de asilo se han frustrado con los tiempos de espera de meses para una cita y optaron por cruzar la frontera peligrosamente.
Aunque en general los encuentros con migrantes irregulares en la frontera de Estados Unidos disminuyeron en un 50 por ciento entre mayo y junio, tras el final del Título 42, hubo un aumento del 36 por ciento en los cruces fronterizos irregulares de familias que viajan juntas entre junio y julio, dijo esta semana la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena.
“Las citas a través de la aplicación CBPOne están tomando demasiado tiempo”, dijo a Efe José María García Lara, coordinador de la Alianza Migrante de Tijuana. Dijo que las citas se están haciendo a través de la aplicación, pero “hay una comunidad en los refugios que no se ha beneficiado y es por eso que están tratando de cruzar ilegalmente”, dijo.
El activista destacó que su organización aconseja constantemente a la comunidad migrante que “lo correcto es esperar, ser paciente”. “Sé que no es fácil. Pero se deben evitar los riesgos, especialmente cuando hablamos de mujeres con hijos y familias en general”, dijo. (EFE)