El tablero militar de Estados Unidos se sacude con un movimiento estratégico de alto impacto. El presidente Donald Trump ha despedido a Charles Q. Brown Jr., jefe del Estado Mayor conjunto, y ha propuesto como su reemplazo al teniente general Dan «Razin» Caine, en un giro que marca una transformación profunda en la cúpula militar del país.
Este cambio forma parte de una reestructuración general del Pentágono. La administración Trump ha ordenado ajustes para optimizar sus recursos y mejorar la eficiencia, lo que implicará el recorte de entre un 5% y un 8% de los empleados civiles, lo que equivale a más de 50,000 personas. Además, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha solicitado eliminar programas considerados innecesarios para redirigir esos fondos a los nuevos objetivos del gobierno.
El impacto no se limita solo a los despidos. Trump ha sido claro en su intención de reorientar las prioridades del ejército, eliminando iniciativas relacionadas con el cambio climático y las políticas progresistas. Brown Jr., quien fue el segundo afroamericano en ocupar el cargo, había promovido políticas de diversidad y equidad, algo que ha sido duramente criticado por la actual administración republicana.
Dan Caine, el elegido para ocupar el máximo puesto militar, no es un desconocido en la Casa Blanca. Su historial incluye la eliminación del califato del Estado Islámico, un logro que Trump ha mencionado con orgullo al anunciar su nominación. Caine no solo liderará el Estado Mayor conjunto, sino que también será el principal asesor militar de la Casa Blanca y del Consejo Nacional de Seguridad.
Los cambios no terminan aquí. El secretario de Defensa ha adelantado la salida de otros dos altos mandos militares: la almirante Lisa Franchetti y el general James Slife, además de la búsqueda de nuevos líderes para áreas clave del ejército. La reconfiguración del Pentágono apenas comienza y promete redefinir la estrategia militar de Estados Unidos en los próximos años.