El Estado de Guerrero se ve nuevamente envuelto en luto y horror con la confirmación de una nueva masacre en la región aislada de la sierra, situada en la frontera entre la Costa Grande y la Tierra Caliente. La Fiscalía estatal informó que abrió una investigación por el homicidio de cinco personas en el municipio de Heliodoro Castillo, en la sierra del estado, luego de la denuncia de una supuesta masacre con 30 muertos.
En un comunicado emitido la noche de este sábado, la fiscalía afirma que obtuvo información sobre restos óseos calcinados de cinco personas en un vehículo incendiado, pero que los restos ya habían sido retirados por ciudadanos de Tetela del Río y que el ataque había ocurrido presuntamente el jueves.
El padre Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello, denunció el incidente, resaltando la vulnerabilidad de los habitantes de la zona, atrapados en una cruenta guerra de guerrillas entre Los Tlacos y La Familia Michoacana.
Según el padre Velázquez, el ataque se dirigió contra un grupo de aproximadamente 30 pobladores de la comunidad de Buenavista de los Hurtado, del municipio Heliodoro Castillo. El resultado, confirmado por las autoridades, comprende al menos cinco personas fallecidas, seis heridos que lograron huir, y alrededor de 19 desaparecidos.
El padre Velázquez, quien llegó al lugar antes que los peritos, describió una escena espantosa, con cuerpos prácticamente reducidos a cenizas. Varios vídeos divulgados muestran las devastadoras consecuencias del ataque, aparentemente iniciado con bombas lanzadas desde drones. En las imágenes, se observa un montón de cuerpos, algunos sin cabeza, apilados en una camioneta.
La táctica de utilizar drones explosivos es lamentablemente común en la región, como se evidenció en una visita realizada el año pasado, donde numerosos techos y fachadas mostraban perforaciones causadas por metralla de bombas. La población local vive amenazada por los enfrentamientos entre Los Tlacos y La Familia Michoacana, destacando la peligrosidad de este conflicto.
«Entonces, cuando lanzan estos explosivos, explotan y lanzan muchos objetos que se quedan atrapados en las personas; en sus espaldas, en sus piernas», dijo. «Los han dejado caer en casas, campos de fútbol y escuelas. Lanzan drones constantemente. En un ataque, pueden lanzar hasta 30 bombas”, aseguró.
De acuerdo con la Fiscalía, la cuenta inicial de víctimas se basa en entrevistas realizadas en la zona, ya que cuando los peritos llegaron, los cuerpos ya habían sido retirados por sus familias. La identificación y búsqueda de los desaparecidos se complica aún más por las difíciles condiciones orográficas de la región, caracterizada por cerros y trincheras.
“Lo anterior permitió obtener información fehaciente para establecer la existencia de restos óseos calcinados correspondientes a cinco personas en un vehículo incendiado”, señaló la Fiscalía estatal en el documento.
Este trágico episodio se suma a una serie de masacres perpetradas en Guerrero y el sur del Estado de México en los últimos años, evidenciando la persistente violencia en estas áreas de influencia de La Familia Michoacana. La comunidad local, presa de un conflicto que parece no tener fin, enfrenta desafíos abrumadores, y la sociedad clama por acciones que restablezcan la paz y la seguridad en la región.